lunes, 15 de julio de 2013

El Falso Perdón

Éste es el falso perdón del que el mundo se vale para mantener viva las sensación de pecado. Y puesto que se considera que Dios es justo, parece imposible que Su perdón pueda ser verdadero. De este modo, el temor a Dios es el resultado inevitable de consi­derar que el perdón es algo inmerecido. Nadie que se considere a sí mismo culpable puede evitar sentir temor de Dios. Pero se salva de este dilema si perdona. La mente tiene que considerar al Creador tal como se considera a sí misma. Si puedes darte cuenta de que tu hermano es digno de perdón, es que has aprendido que tú tienes el mismo derecho a ser perdonado que él. Y no pensa­rías que Dios tiene destinado para ti un juicio temible que tu her­mano no se merece. Pues la verdad es que tú no mereces ni más ni menos que él.

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