Inicia las sesiones de práctica repitiendo la idea en tu interior.
Luego cierra los ojos y busca con minuciosidad en tu mente aquellas
situaciones pasadas, presentes o previstas que susciten ira en ti. La
ira puede manifestarse en cualquier
clase de reacción desde una ligera irritación hasta la furia más
desenfrenada. El grado de intensidad de la emoción experomentada es
irrelevante. Te irás dando cuenta cada vez más de que una leve punzadas
de molestias no es otra cosa que un velo que cubre una intensa furia.
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