El perdón reconoce que lo que pensaste que tu hermano te había hecho en
realidad nunca ocurrió. El perdón no perdona pecados, otorgándoles así
realidad. Simplemente ve que no hubo pecado. Y desde este punto de vista
todos tus pecados quedan perdonados. ¿Qué es el pecado sino una idea
falsa acerca del Hijo de Dios? El perdón ve simplemente la falsedad de
dicha idea y, por lo tanto, la descarta. Lo que entonces queda libre
para ocupar su lugar es la Voluntad de Dios.
Libro de Ejercicios, Segunda Parte, Sección I, Párrafo 1
El perdón deshace únicamente lo que no es verdad, despejando las sombras
del mundo y conduciéndolo - sano y salvo dentro de su dulzura- al mundo
luminoso de la nueva y diáfana percepción. Allí se encuentra tu
propósito ahora. Y es allí donde te aguarda la paz.
Texto: Capítulo 18, Sección 9, Párrafo 14