Sólo los que se acusan a sí mismos pueden condenar. Antes de tomar
una decisión de la que se han de derivar DIFERENTES resultados tienes
que aprender algo, y aprenderlo muy bien. Ello tiene que llegar a ser
una respuesta tan típica para todo lo que hagas que acabe convirtiéndose
en un hábito, de modo que sea tu PRIMERA reacción ante toda tentación o
suceso que ocurra. Aprende esto, y apréndelo bien, pues con ello la
demora en experimentar felicidad se acorta por un tramo de tiempo que ni
siquiera puedes concebir: NUNCA odias a tu hermano por SUS pecados,
sino UNICAMENTE por los tuyos. Sea cual sea la forma que sus pecados
parezcan adoptar, lo único que hacen es nublar el hecho de que crees que
son tus propios pecados y, POR LO TANTO, que el ataque es su “justo”
merecido.
Porque deberian sus pecados ,ser pecados, a no ser que creyeses que no pudieran ser perdonados en ti?
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