Manual del Maestro, Sección 4, Núm X, Párrafo 2
El mundo real se alcanza simplemente mediante el completo perdón del
viejo mundo, aquel que contemplas sin perdonar. El Gran Transformador de
la percepción emprenderá contigo un examen minucioso de la mente que
dio lugar a ese mundo, y te revelará las aparentes razones por las que
lo construiste. A la luz de la auténtica razón que le caracteriza te
darás cuenta, a medida que lo sigas, de que ese mundo está totalmente
desprovisto de razón. Cada punto que Su razón toque florecerá con
belleza, y lo que parecía feo en la obscuridad de tu falta de razón, se
verá transformado de repente en algo hermoso. Ni siquiera lo que el Hijo
de Dios inventó en su demencia podría no tener oculto dentro de sí una
chispa de belleza que la dulzura no pudiese liberar.Texto, Capítulo 17, Sección II, Párrafo 5
Este mundo de luz, este círculo de luminosidad es el mundo real, donde la culpabilidad se topa con el perdón. Ahí el mundo exterior se ve con ojos nuevos, libre de toda sombra de culpabilidad. Aquí te encuentras perdonado, pues aquí has perdonado a todo el mundo. He aquí la nueva percepción donde todo es luminoso y brilla con inocencia; donde todo ha sido purificado en las aguas del perdón y se encuentra libre de cualquier pensamiento maligno que jamás hayas proyectado sobre él. Ahí no se ataca al Hijo de Dios, y a ti se te da la bienvenida. Ahí se encuentra tu inocencia, esperando para envolverte, protegerte y prepararte para el paso final de tu viaje interno. Ahí se dejan de lado los sombríos y pesados cortinajes de la culpabilidad, los cuales quedan dulcemente reemplazados por la pureza y el amor.
Texto, Capítulo 18, Sección IX, Párrafo 9
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