En
cada momento de cada día se me conceden miles de tesoros. Soy
bendecido durante todo el día con regalos cuyo valor excede con mucho el
de cualquier cosa que yo pudiera concebir. Un hermano le sonríe a otro,
y mi corazón se regocija. Alguien expresa su gratitud o su compasión, y
mi mente recibe ese regalo y lo acepta como propio. Y todo el que
encuentra el camino a Dios se convierte en mi salvador, me señala el
camino y me asegura que lo que él ha aprendido sin duda me pertenece a
mí también.
Gracias, Padre, por los muchos regalos que me llegan hoy y todos los
días, procedentes de cada Hijo de Dios. Los regalos que mis hermanos me
pueden hacer son ilimitados. Ahora les mostraré mi agradecimiento, de
manera que mi gratitud hacia ellos pueda conducirme a mi Creador y a Su
recuerdo. Lección 315 “ Todos los regalos que mis hermanos hacen me
pertenecen”.
Mi gratitud hace posible que mi amor sea aceptado sin miedo. Y, de esta manera, se me restituye por fin mi Realidad. E1 perdón elimina todo cuanto se interponía en mi santa visión. Y me aproximo al final de todas las jornadas absurdas, las carreras locas y los valores artificiales. En su lugar, acepto lo que Dios establece como mío, seguro de que sólo mediante ello me puedo salvar, y de que atravieso el miedo para encontrarme con mi Amor.
Padre, hoy vengo a Ti porque no quiero seguir otro camino que no sea el Tuyo. Tú estás a mi lado. Tu camino es seguro. Y me siento agradecido por tus santos regalos: un santuario seguro y la escapatoria de todo lo que menoscabaría mi amor por Dios mi Padre y por Su santo Hijo.
Mi gratitud hace posible que mi amor sea aceptado sin miedo. Y, de esta manera, se me restituye por fin mi Realidad. E1 perdón elimina todo cuanto se interponía en mi santa visión. Y me aproximo al final de todas las jornadas absurdas, las carreras locas y los valores artificiales. En su lugar, acepto lo que Dios establece como mío, seguro de que sólo mediante ello me puedo salvar, y de que atravieso el miedo para encontrarme con mi Amor.
Padre, hoy vengo a Ti porque no quiero seguir otro camino que no sea el Tuyo. Tú estás a mi lado. Tu camino es seguro. Y me siento agradecido por tus santos regalos: un santuario seguro y la escapatoria de todo lo que menoscabaría mi amor por Dios mi Padre y por Su santo Hijo.
Lección 298 “ Te amo, Padre, y amo también a Tu Hijo”.

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