lunes, 2 de diciembre de 2013

Sintámonos agradecidos hoy.

Sintámonos agradecidos hoy. Hemos llegado a sendas más lle­vaderas y a caminos más despejados. Ya no nos asalta el pensa­miento de volver atrás, ni resistimos implacablemente a la verdad. Aún hay cierta vacilación, algunas objeciones menores y cierta indecisión, pero puedes sentirte agradecido por tus logros, los cuales son mucho más grandes de lo que te imaginas.

Dedicar ahora un día a sentirte agradecido te aportará el benefi­cio adicional de poder tener un atisbo de lo grande que ha sido tu progreso y de los regalos que has recibido. Alégrate hoy, con amoroso agradecimiento, de que tu Padre no te haya abandonado a tu suerte, ni de que te haya dejado solo vagando en las tinieblas. Agradece que te haya salvado del ser que creíste haber hecho para que ocupara Su lugar y el de Su creación. Dale gracias hoy.

Da gracias de que Él no te haya abandonado, y de que Su Amor ha de refulgir por siempre sobre ti, eternamente inmutable. Da gracias asimismo por tu inmutabilidad, pues el Hijo que Él ama es tan inmutable como El Mismo. Agradece que se te haya salvado. Alégrate de tener una función que desempeñar en la salvación. Siéntete agradecido de que tu valía exceda con mucho los míse­ros regalos que le diste a quien Dios creó como Su Hijo y de que excede también los mezquinos juicios que emitiste en contra suya.

De la Lección 123 “Gracias padre por los regalos que me has concedido”.

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