domingo, 30 de marzo de 2014

UCDM-Diapositiva 37

Esta idea contiene los primeros destellos de tu verdadera función en el mundo, o en otras palabras, la razón por la que estás aquí. Tu propósito es ver el mundo a través de tu propia santidad. De este modo, tú y el mundo sois bendecidos juntos. Nadie pierde; a nadie se le despoja de nada; todo el mundo se beneficia a través de tu santa visión. Tu santa visión significa el fin del sacrificio porque les ofrece a todos su justo merecido. Y él tiene derecho a todo, ya que ése es su sagrado derecho como Hijo de Dios. No hay ninguna otra manera de poder eliminar la idea de sacrificio del pensamiento del mundo. Cualquier otra manera de ver inevitablemente exige el que algo o alguien pague. Como resultado de ello, el que percibe sale perdiendo. Y no tiene ni idea de por qué está perdiendo. Su plenitud, sin embargo, le es restaurada a su conciencia a través de tu visión. Tu santidad le bendice al no exigir nada de él. Los que se consideran a sí mismos completos no exigen nada. Tu santidad es la salvación del mundo. Te permite enseñarle al mundo que es uno contigo, sin predicarle ni decirle nada, sino simplemente mediante tu sereno reconocimiento de que en tu santidad todas las cosas son bendecidas junto contigo. Hoy debes dar comienzo a las cuatro sesiones de práctica más largas - las cuales han de tener una duración de tres a cinco minutos cada una - repitiendo la idea de hoy, a lo cual ha de seguir un minuto más o menos en el que debes mirar a tu alrededor a medida que aplicas la idea a cualquier cosa que veas:

  • Mi santidad bendice esta silla.
  • Mi santidad bendice esa ventana.
  • Mi santidad bendice este cuerpo.

  • Luego cierra los ojos y aplica la idea a cualquier persona que te venga a la mente, usando su nombre y diciendo:

  • Mi santidad te bendice, [nombre].

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